Por Alex Mariscal
A las 4:30 de la tarde del sábado 17 de abril de 2021, el Prisma-Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá y Fundación Ciudad del Saber presentaron el resultado de una convocatoria extraordinaria de creación para bailarines locales durante los meses más arduos de confinamiento, que fue titulada Solos³ (solos al cubo).
En Los Lagos de Ciudad del Saber se dio inicio a un programa, que incluiría 5 solos, con la pieza «Cuestión de egos».
La ejecutante, Virginia Valladares, hizo uso de un resorte interesante: una tela unida a un árbol, cual nido blanco lateral flotante, del cual emergió como un ave que se desprende de su casa. La imagen dio pie a una primera acción, y se detonaron las posibles lecturas. ¿Salía del nido? ¿Se desvestía de una suerte de máscara que cubría la mitad de su cuerpo?
En efecto, estas primeras imágenes me siguieron durante la ejecución ―y aún ahora que escribo estas notas― como una rueda dentada que se desliza por mi mente. La sensación me hizo pensar en lo dicho por alguno de mis maestros en clase de composición escénica: «la primera acción, la primera palabra o la primera imagen de una pieza es como la palanca newtoniana que catapulta al ejecutante, o al espectador que se refleja en este, a una de las múltiples posibilidades del resto de su creación. Como un arco que se levanta y la flecha sigue el destino ya trazado».
La primera acción de Valladares fue dejar la tela que colgaba de un árbol para hacer trazos sencillos rítmicos, intensos, en crescendo: rodar, caer, girar sobre la negredad de un linóleo que reflejaba el cielo plomizo. Una secuencia de zigzag, tensión, distensión de su mano que se empecinaba en hacer algo diferente al resto del cuerpo. En mi lectura del personaje, no de la ejecutante, percibí que afirmaba sensorialmente angustia y una expresión clara y fuerte de emociones contrarias.
Por otro lado, el piano también se empecinaba en trémolos persistentes que alimentaban esta sensación. Sin embargo, la idea y el motivo del movimiento, así como la música se difuminaban como una barca de papel bajo el peso de un diluvio de palabras: las del discurso hablado.
Sentado sobre una piedra ovoide, bajo otro árbol, hacía esfuerzos por evadir las densas gotas del discurso para seguir la delicadeza de la pieza. La ejecución se desarrolló con gracia erótica, belleza y genuinidad expresiva.
Y aunque intentaba imaginar que Valladares seguía desenrollando muchas capas de telas invisibles o quizás máscaras, la rudeza del discurso hablado, no la fuerza expresiva del movimiento ni la música, me impulsaban siempre a cuestionarme sobre el principio de la palanca newtoniana: esa primera imagen. ¿Acaso al salir del nido y despojarse del árbol se nos multiplican los yoes? ¿Acaso esos muchos otros habitan en un solo yo que nunca terminaremos de conocer?
Ficha técnica
CREADORA E INTÉRPRETE: Virginia Valladares
CRÉDITO MUSICAL: Julio Méndez
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