DANZA CON LA MUERTE
Por: Brígida Tobón
Huele a tierra, a sangre; huele a muerte. Pero también huele a belleza y poesía el espectáculo Clowns de la HOFESH SHECHTER COMPANY, con el cual se clausuró de forma magistral, el domingo 18 de octubre, la novena edición de PRISMA-Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá 2020.
En esta «película de danza», que presentó virtualmente la agrupación de Reino Unido, se recuerdan los «poemas de la muerte» que se usan en la cultura japonesa, china y coreana para hacer una reflexión sobre la vida como un todo; pero también sobre la inexorabilidad de la muerte cuando está a punto de suceder. Los budistas ven en la poesía un camino para irse de la vida terrenal sin sufrimientos:
Este mundo
¿Con qué puedo compararlo?
Con campos de otoño
tenuemente iluminados, al anochecer
por los relámpagos.
Minamoto No Shitago, poeta Waka
Por ello, pareciera que «te quedes sin aliento» fuera la consigna de Hofesh Shechter Company durante la media hora que dura la pieza, que es una danza, que es cine pero también teatro. Que te quedes sin aliento por el asombro ante la perfección y contundencia de la coreografía, por la dramaturgia, y por la música, una sinfonía de lamentos, que con ese retumbar incesante de tambores anuncian desde su primera nota el fin. ¿Será que con tanto arte se hará más fácil soportar el dolor de lo que quieren transmitir en esta danza con la muerte?
La Hofesh Shechter Company fue fundada en 2008 y reside en el Brighton Dome. Shechter II nace en 2015 por deseo del coreógrafo israelita Shechter, uno los más grandes artistas contemporáneos a nivel internacional. Sus creaciones se caracterizan por la gran fuerza física en las propuestas escénicas y por la particularidad de sus composiciones sonoras, escritas por él mismo para cada espectáculo.
Clowns fue creada originalmente en 2016 para el Nederlands Dans Theater. Después, se realizó una nueva versión para un grupo de bailarines virtuosos provenientes de todo el mundo, que conforman el Shechter II. Comisionada por la BBC como obra de la sección Performance Live -una asociación entre BBC Arts, Arts Council England y Battersea Arts Center-, la película fue producida por Hofesh Shechter Company e Illuminations y filmada en locaciones del icónico Rivoli Ballroom en el sur de Londres.
La dirección, coreografía y música es de Hofesh Shechter. Esta pieza, que envuelve e hipnotiza, es interpretada por un grupo de bailarines de alto nivel técnico conformado por Chien-Ming Chang, Frédéric Despierre, Rachel Fallon, Mickaël Frappat, Yeji Kim, Kim Kohlmann, Erion Kruja, Merel Lammers, Attila Ronai, y Diogo Sousa.
Como una tribu de danzantes al pregón de un tambor y al eco de una voz milenaria, dan curso al ritual del movimiento. Están tomados de la mano cuando inician un viaje dentro del instinto animal del ser humano, que con el mismo ahínco es capaz de germinar la vida y esculpir la muerte.
Vestidos con colores que recuerdan la naturaleza y la tierra, bailan como si oficiaran una reunión nocturna de brujos que invocan poderes para emprender la cacería o celebrar el derrumbamiento de la presa. O como los mayas, ataviados con fibras vegetales para «la danza de la captura del venado», conocida como «Maaso Yiihua», y que va acompañada del sonido de algunos instrumentos que remedan el latido del corazón del venado, el viento y el agua.
La obra es cruda, golpea como martillo epiléptico. Es un sueño surrealista que lleva al paroxismo del drama. Es una historia que se mete dentro de uno como un insecto para carcomer las entrañas, para dejarnos desfallecidos; mientras los diez bailarines matan con fusiles de dedo, puñales de pie, asfixias de berrido.
La coreografía está milimétricamente curada, con momentos que evocan las danzas tradicionales europeas, el rock, o el tap, pasando por lo clásico y lo tribal.Y así mantienen el ritmo, no cejan en su empeño de la masacre sin sangre, de la triste poesía del Clown sin risas. «Bailamos para saber lo que se siente, no solo para vivir, sino para estar vivos. En todo nuestro trabajo, nos esforzamos por movernos a nosotros mismos, y a nuestras audiencias, más allá de la razón», los danzantes consignan.
Otro aspecto remarcable en esta propuesta es el lograr que una obra de danza contemporánea se transmute en una obra cinematográfica.
La cámara se instaura como un personaje más que también baila mientras acecha, encuadra, persigue, desenfoca, enfrenta, ensombrece, lentifica o cancela a los diez bailarines que llenan de fuerza y sudor el escenario. Ella se regodea con los detalles del vestuario, con los rostros que gritan o, impávidos, van al cadalso con las manos que tiritan sin freno, impulsadas por la certeza del gatillo.
La cámara mira gélida al espectador a través de la mirada entumecida de los bailarines, víctimas-verdugos, como si fuera una reverberación de crueldad y de padecimiento hasta el espectador, que busca condicionar su subjetividad.
La música y las luces hacen el resto para crear un performance único e inolvidable. La primera, minimalista y siempre en crescendo; las luces, pintadas a partir de una paleta de rojos, amarillos, blancos y negros que subyugan y no dejan escapar de la escena.
Termina la narración con un beso y un puñal clavado en la espalda. Hay silencio, hay oscuridad y entonces susurra en el aire el poema árabe con sus versos:
¿Hasta cuándo?, pregunto.
Esperaré a que mueras más.
No tengo cosas que me posean, respondo.
He escrito mi testamento con mi sangre.
Clowns: la historia de los juegos de poder
Por: Álex Mariscal
El espectáculo de cierre de PRISMA 2020, la noche de este 18 de octubre, no solo me llevó a la infancia, sino que me hizo recorrer la milenaria historia del hombre.
Confieso que, del circo, lo que más me gusta son los payasos, y pensé en ellos cuando entró la luz y, bajo esa temperatura de colores fríos, los diez cuerpos en alta tensión dinámica, quietos en escena, vibraban con el retumbar de la percusión de esa magnífica marcha triunfal.
Los cuerpos explosionaron por todo el espacio y el retumbar de los redobles de los tambores se fundió con el movimiento exuberante de los Clowns. Entonces, comprendí que no se trataba de su traducción literal: payasos; sino que cada uno encarnaba el personaje de un «personaje» del género teatral, muy ligado al teatro inglés de la comedia del Renacimiento durante el periodo isabelino.
La «película de danza», como se la denomina en la notas de programa, avanzó mostrando un grupo de Clowns cuyos cuerpos se expresaban en un gran despliegue de dinámicas; pero cuyos rostros, en contraste, estaban angustiados, tristes, o asustados.
Cuando ocurrió la primera ejecución, aún dudé sobre si celebraban o representaban. Y en la siguiente escena y en la subsiguiente ocurrieron todas las ejecuciones posibles y probables, desde aquella legendaria historia de Caín y Abel, y de miles más hasta nuestros días.
Sencillamente, Clowns no es un número de payasos. Es un montaje, con una hermosa y efectiva fotografía, que ofrece la representación hilarante de la arqueología del ser humano, en el sentido del filósofo francés Michel Foucault: «en toda interacción humana hay una relación de juegos de poder».
La resonancia de esta danza ritualística afirma la tendenciosa ordenación binaria de la cultura del hombre, cuyo objetivo es establecer sistemas de control: rebelde-vigilante, señor-esclavo, policía-condenado, verdugo-ejecutado; unos deben eliminar a los otros, ni siquiera para sobrevivir, ni vivir mejor, sino para mantener el estado de orden.
Esta película danzaria, dirigida y coreografiada por Hofesh Shechter, amalgama el movimiento audaz, estimulante y tribal de diez bailarines con una partitura cinematográfica de percusión, combinada con una sola célula melódica que es un grito de dolor encantadoramente triste y atormentador, que se reitera durante los 28 minutos de representación.
Sin duda alguna, la Hofesh Shechter Company del Reino Unido, con su cinematografía, su composición coreográfica y la dirección de una puesta en escena fuerte y trascedente, provocó un viaje lúdico por los márgenes de una historia cómica y macabra: la masacre que ha sustentado hasta hoy el absurdo orden del género humano.
FICHA TÉCNICA
País: Reino Unido
Categoría: Compañía Invitada
Duración: 30 minutos
Dirección, Coreografía y Composición: Hofesh Shechter
Intérpretes: Chien-Ming Chang, Frédéric Despierre, Rachel Fallon, Mickaël Frappat, Yeji Kim, Kim Kohlmann, Erion Kruja, Merel Lammers, Attila Ronai y Diogo Sousa.
Diseño de Vestuario: Christina Cunningham
Dirección de Fotografía: Sebastian Cort
Edición: Todd MacDonald
Producción: Henny Finch
Producción: John Wyver
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